Los impactos del cambio climático ponen a prueba los límites biofísicos de nuestro planeta, generando no solo efectos ambientales sino también en el desarrollo económico, social y político. Por lo tanto, para lograr un desarrollo sostenible, es estrictamente necesario buscar soluciones integrales que provengan de todos los ámbitos y disciplinas tanto a nivel nacional como local.

Pero ¿Cómo integramos a la población cuando existe desinterés o confusión en las temáticas de adaptación y mitigación del cambio climático?

Uno de los primeros pasos a seguir es enseñar a las futuras generaciones y organizaciones comunitarias elementos básicos que faciliten la comprensión, análisis y criticidad sobre el cambio climático. Esto nos permite apoyar a las comunidades y formar futuras personas y profesionales responsables, que comprendan el vínculo directo que existe entre la naturaleza, el ser humano y el cambio climático. Además, ciudadanos conscientes de sus responsabilidades en cuanto la repercusión de sus acciones personales o profesionales en la situación ambiental del planeta.

Es así como la Dra. Jessica Roccard y la Lic. Adriana Araya desarrollaron el proyecto Adaptación y Mitigación del Cambio Climático Hacia un Desarrollo Sostenible, el cual busca promover la innovación en los y las estudiantes de escuelas y colegios de comunidades vulnerables, para encontrar e implementar métodos de adaptación y mitigación al cambio climático.

Créditos: Jessica Roccard

¿Cómo lo están logrando?

Se planteó un nuevo proyecto de Trabajo Comunal Universitario (TCU) dentro de la Escuela de Ingeniería Química de la Universidad de Costa Rica en el que se visitan las comunidades y se desarrollan actividades de diseminación de conocimiento sobre cambio climático. Por ejemplo, en la primera intervención a un centro educativo, un grupo de estudiantes matriculados en el TCU desarrollan charlas generales sobre cambio climático y cuatro distintas estaciones con actividades sobre los temas de energía renovables, manejo de recurso hídrico, efecto invernadero y manejo de residuos; las cuales están compuestas por materiales didácticos como maquetas, juegos lúdicos y experimentos.

Créditos: Esteban Richmond

¿Por qué trabajar en las escuelas?

La fase en la que se forman los individuos, los futuros ciudadanos que conformarán nuestra sociedad, es la más atractiva para fomentar valores y actitudes en aras de lograr un mundo más justo y solidario, hacia un equilibrio con la naturaleza.

El conocimiento sobre el cambio climático y la sostenibilidad en escuelas y organizaciones comunitarias se han vuelto ineludibles para lograr un desarrollo sostenible y su importancia ha sido cada vez más destacada a nivel internacional. Al crear conciencia y promover este conocimiento, el desarrollo de capacidades se presenta como un catalizador para responder al cambio climático y tener un fuerte impacto hacia resultados durables. De hecho, este desarrollo está promovido a nivel internacional, tal como en el Artículo 6 de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que alienta a las Partes a promover, desarrollar y poner en práctica programas educativos, de capacitación y conciencia pública sobre el cambio climático y sus efectos (UNCC: Learn, 2013).

Créditos: Esteban Richmond

¿Por qué Costa Rica necesita este proyecto?

Costa Rica se identifica como un país con alta vulnerabilidad a los impactos del cambio climático, particularmente a los fenómenos hidro-meteorológicos extremos. De hecho, Costa Rica está ubicada “en un escenario de multi-amenaza como lo es América Central, es afectada con recurrencia variable por fenómenos sísmicos y volcánicos, como también, de manera estacional y frecuente por situaciones hidro-meteorológicas” (Fundecooperación, 2014, p.6). Esta vulnerabilidad se explica por un conjunto de factores geográficos y económicos tales como la presencia de asentamientos mal planificados en zonas con alto riesgo a desastres (erupciones volcánicas, terrenos inestables erosionados, deslizamientos de tierra e inundaciones) entre otros factores (Fundecooperación, 2014).

Además, el 36,8 % de la superficie total de Costa Rica está expuesta a tres o más amenazas, de manera que ha sido identificado como el segundo país del mundo más expuesto ante múltiples amenazas, con base en la superficie total del país y por lo tanto también expuesto a mayores riesgos económicos (Fundecooperación, 2014). Por lo tanto, implementar acciones de mitigación y adaptación es crucial para enfrentar los impactos del cambio climático.

Créditos: Esteban Richmond

Ayudando a Costa Rica a ser Carbono Neutral

La generación de gases de efecto invernadero ha sido clave en el desarrollo del fenómeno del cambio climático. Por lo tanto, en 2007 Costa Rica define la meta de llegar a ser carbono neutral (CN) para el 2021 (Michelle Soto M., 2014), y en 2009 el país adquirido el compromiso ante la comunidad mundial de convertirse en un país Carbono Neutral. Este compromiso fue aprobado por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en la Ley N° 7414 (DCC, n.d.-a).

En este contexto, realizar el inventario de los gases a efecto invernadero es el primer paso en lograr las metas establecidas y contribuir al desarrollo sostenible del país, pero este paso puede ser exitoso solamente con la colaboración de todos los sectores y comunidades. Por este motivo capacitar a la población es una necesidad.

Así el proyecto propuesto por la Dra. Roccard ofrece a los estudiantes y organizaciones comunitarias la oportunidad de adentrarse en la temática logrando comprensión sobre la mitigación y adaptación al cambio climático, con énfasis en el impacto de los gases de efecto invernadero (GEI). Esto permite incentivarlos a implementar buenas prácticas tomando en cuenta las emisiones y capturas de GEI y así contribuir a las metas nacionales.

Créditos: Jessica Roccard

¿Qué hemos hecho?

La primera actividad se realizó el 29 de agosto 2018 en la Escuela de Puente Casa, en Ciudad Quesada, San Carlos. La población estudiantil de esta escuela está compuesta por un 98 % de niños de comunidades marginadas, y en las actividades desarrolladas participaron 37 estudiantes de 4°, 5° y 6° grado (desde 10 hasta 14 años), además de que se contó con la presencia de algunos de los 14 funcionarios de la escuela. Siendo así, la primera actividad en torno a esta temática ¡De muchas!

El trabajo realizado desde marzo del presente año, se ha desarrollado dentro del proyecto TC-264 “Promoción del desarrollo sostenible y la competitividad de las organizaciones”, coordinado por el Lic. Esteban Richmond, de la Escuela de Ingeniería Química de la Universidad de Costa Rica, del cual la Dra. Roccard y la Ing. Araya forman parte, y sirve como experiencia previa al futuro proyecto denominado “Adaptación y mitigación del cambio climático hacia un desarrollo sostenible”, el cual fue presentado como nuevo proyecto de TCU ante la Vice Rectoría de Acción Social, para asegurarle un financiamiento regular y la participación de estudiantes de diversas carreras universitarias. Así mismo este proyecto recibe apoyo del proyecto de Extensión Cultural EC-348 “Exhibiciones itinerantes interactivas de tecnología” a cargo también del Ing. Richmond.

Créditos: Jessica Roccard